El coronavirus y el mercado inmobiliario en España

Como todos los aspectos de nuestras vidas, el mercado inmobiliario español no será inmune a COVID-19, pero, en tiempos de crisis, hay lugares más arriesgados para guardar su dinero que en ladrillos y mortero en la Costa del Sol..

Las perspectivas del mercado inmobiliario residencial español a corto plazo parecen estar entrando en un largo período de incertidumbre, mientras que España y nuestros vecinos en Europa centran sus esfuerzos y atención en contener la propagación de la pandemia del coronavirus. Sin embargo, hay buenas razones para confiar en que la demanda de propiedades en la Costa del Sol se recuperará rápidamente y el mercado se recuperará de forma sólida.

Ha habido un estancamiento inmediato en la venta de propiedades, ya que se ha aconsejado a los notarios de todo el país que pospongan la firma de todas las escrituras mientras esté vigente el estado de alarma, excepto en casos limitados de ‘urgencia’. Aunque seguimos recibiendo consultas sobre propiedades en venta de clientes que quieren organizar visitas una vez que el cierre haya terminado, no podemos esperar ningunas transacciones en un futuro inmediato.

En comparación con el colapso financiero de 2008, esta situación es muy diferente. Durante la crisis, varios bancos, empresas e incluso particulares sufrieron las consecuencias (y, según algunos, las consecuencias provocadas por las elecciones mal informadas de instituciones financieras codiciosas), mientras que ahora la mayoría de las naciones del mundo, y especialmente las de la Unión Europea, reconocen la pandemia como un desastre natural que afecta a todos. En principio, al menos, los gobiernos se comprometen a garantizar que las sociedades y las economías no fracasen, cueste lo que cueste.

Además, en la crisis de 2008, España, y en particular la Costa del Sol, sufrió el estallido de una burbuja que se venía formando desde hacía varios años, con niveles récord de construcción y de préstamos en forma de hipotecas altas. Ciertamente, no es el caso ahora, el mercado no es vulnerable como lo fue en 2008, la nueva construcción representa una parte mucho menor del mercado inmobiliario general y los bancos han sido cautelosos con los préstamos.

Por estas razones, a medio plazo, el mercado de la propiedad residencial en el sur de España, en particular para las casas de vacaciones y las residencias primarias en las zonas costeras, como Estepona, Marbella, Benahavís y Sotogrande, donde trabajamos, no está en peligro de una drástica corrección del mercado. Por supuesto que habrá algunas personas desafortunadas que por razones personales se verán motivadas a vender, pero en general lo más probable es que, a medida que eventualmente comience a normalizarse, se recupere de nuevo, aunque al principio muy sea lentamente.

A diferencia de las acciones y bonos, que han registrado pérdidas récord en las últimas semanas a medida que la epidemia de coronavirus ha ido evolucionando, la propiedad es un activo tangible que puede utilizarse o puede proporcionar ingresos, incluso en el peor de los casos. Las casas pueden alquilarse, generando ingresos para el presente y acumulando valor para el futuro. Invertir en una propiedad, ya sea una residencia principal, una segunda vivienda o parte de una cartera, le compra es algo que existe y, con independencia de que el mercado suba o baje, es un sólido refugio para los ahorros, especialmente a largo plazo. Hay una buena razón por la que se llama inmobiliaria «real» estate en inglés.

A largo plazo, como la pandemia de COVID-19 se está manifestando, la vida puede ser demasiada corta. Nos mudamos a España hace dos décadas, para criar a nuestra familia, construir un negocio y aprovechar al máximo el maravilloso lugar de la Costa del Sol al que llamamos hogar. Una vez que la vida vuelva a la normalidad, el país seguirá siendo, para los afortunados que tienen propiedades aquí procedentes de toda Europa y el mundo, un gran lugar para vivir y pasar tiempo

Por Alex Salazar | Noticias Inmobiliarias | 7 abril 2020

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